martes, 19 de enero de 2010

"Podría haber dicho que había reyes y presidentes de gobierno que nunca se recuperaban de la muerte de sus esposas. Podría haber dicho que la muerte es la condición de la vida. Podría haber dicho que el hombre es indivisible y que, en su opinión, era en este sentido, y sólo en este sentido, donde se podía decir que la muerte no ejercía dominio alguno.

Pero dijera lo que dijera en ese momento, el viejo habría seguido meciéndose hasta que viniera la hija y la sentara en su silla, junto a la estufa apagada."

(John Berguer: Un hombre afortunado)






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